domingo, 21 de junio de 2009

Evangelio del Día

domingo 21 Junio 2009
Duodécimo Domingo del Tiempo Ordinario

San Luis Gonzaga



Leer el comentario del Evangelio por
Catecismo de la Iglesia Católica : «¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»

Lecturas

Job 38,1.8-11.
El Señor respondió a Job desde la tempestad, diciendo:
¿Quién encerró con dos puertas al mar, cuando él salía a borbotones del
seno materno,
cuando le puse una nube por vestido y por pañales, densos nubarrones?
Yo tracé un límite alrededor de él, le puse cerrojos y puertas,
y le dije: "Llegarás hasta aquí y no pasarás; aquí se quebrará la soberbia
de tus olas".


San Pablo a los Corintios 2 5,14-17.
Porque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió
por todos, entonces todos han muerto.
Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí
mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con
criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no
lo conocemos más así.
El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un
ser nuevo se ha hecho presente.


Marcos 4,35-41.
Al atardecer de ese mismo día, les dijo: "Crucemos a la otra orilla".
Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba.
Había otras barcas junto a la suya.
Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que
se iba llenando de agua.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.
Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?".
Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio! ¡Cállate!".
El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.
Después les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?".
Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: "¿Quién es este,
que hasta el viento y el mar le obedecen?".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por

Catecismo de la Iglesia Católica
§ 280, 288-292

«¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»

La creación es el fundamento de «todos los designios salvíficos de
Dios», «el comienzo de la historia de la salvación» que culmina en Cristo.
Inversamente, el misterio de Cristo es la luz decisiva sobre el misterio de
la creación; revela el fin en vista del cual, «al principio, Dios creó el
cielo y la tierra» (Gn 1,1): desde el principio Dios preveía la gloria de
la nueva creación en Cristo (Rm 8, 18-23)... La revelación
de la creación es inseparable de la revelación y de la realización de la
Alianza del Dios único, con su Pueblo. La creación es revelada como el
primer paso hacia esta Alianza, como el primero y universal testimonio del
amor todopoderoso de Dios... «En el principio Dios creó el
cielo y la tierra»... «En el principio existía el Verbo... y el Verbo era
Dios... Todo fue hecho por él y sin él nada ha sido hecho» (Jn 1, 1-3). El
Nuevo Testamento revela que Dios creó todo por el Verbo Eterno, su Hijo
amado. «En Él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la
tierra... todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a
todo y todo tiene en él su consistencia» (Col 1,16-17). La fe de la Iglesia
afirma también la acción creadora del Espíritu Santo: él es el «dador de
vida», «el Espíritu Creador», la «Fuente de todo bien». Insinuada en el
Antiguo Testamento, revelada en la Nueva Alianza, inseparablemente una con
la del Padre, es claramente afirmada por la regla de fe de la Iglesia:
«Sólo existe un Dios...: es el Padre, es Dios, es el Creador, es el Autor,
es el Ordenador. Ha hecho todas las cosas por sí mismo, es decir, por su
Verbo y por su Sabiduría», «por el Hijo y el Espíritu» que son como «sus
manos». La creación es obra común de la Trinidad.




Puede modificar su suscripción en cualquier momento : www.evangeliodeldia.org


No hay comentarios: