domingo 17 Mayo 2009
Domingo de la Sexta semana de Pascua
San Pascual Bailón
Leer el comentario del Evangelio por
San Ignacio de Antioquia : « Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos »
Lecturas
Hechos 10,25-26.34-35.44-48.
Cuando Pedro entró, Cornelio fue a su encuentro y se postró a sus pies.
Pero Pedro lo hizo levantar, diciéndole: "Levántate, porque yo no soy más
que un hombre".
Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: "Verdaderamente, comprendo que
Dios no hace acepción de personas,
y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es
agradable a él.
Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los
que escuchaban la Palabra.
Los fieles de origen judío que habían venido con Pedro quedaron
maravillados al ver que el Espíritu Santo era derramado también sobre los
paganos.
En efecto, los oían hablar diversas lenguas y proclamar la grandeza de
Dios. Pedro dijo:
"¿Acaso se puede negar el agua del bautismo a los que recibieron el
Espíritu Santo como nosotros?".
Y ordenó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesucristo. Entonces
le rogaron que se quedara con ellos algunos días.
Epístola I de San Juan 4,7-10.
Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de
Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que
tuviéramos Vida por medio de él.
Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que
él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por
nuestros pecados.
Juan 15,9-17.
Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi
amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea
perfecto.
Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado.
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor;
yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi
Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a
ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea
duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
San Ignacio de Antioquia (?- hacia 210), obispo y mártir
Carta a los Romanos, 4-8
« Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos »
Voy escribiendo a todas las Iglesias, y a todas les encarezco lo
mismo: que moriré de buena gana por Dios, con tal que vosotros no me lo
impidáis. Os lo pido por favor: no me demostréis una benevolencia
inoportuna. Dejad que sea pasto de las fieras, ya que ello me hará posible
alcanzar a Dios. Soy trigo de Dios, y he de ser molido por los dientes de
las fieras, para llegar a ser pan limpio de Cristo... De
nada me servirían los placeres terrenales ni los reinos de este mundo.
Prefiero morir en Cristo Jesús que reinar en los confines de la tierra.
Todo mi deseo y mi voluntad están puestos en aquel que por nosotros murió y
resucitó. Se acerca ya el momento de mi nacimiento a la vida nueva... Dejad
que pueda contemplar la luz pura; entonces seré hombre en pleno sentido.
Permitid que imite la pasión de mi Dios... Mi amor está
crucificado y ya no queda en mí el fuego de los deseos terrenos; únicamente
siento en mi interior la voz de un agua viva (Jn 4,10;7, 38) que murmura y
me dice: «Ven al Padre». No encuentro ya el deleite en el alimento material
ni en los placeres de este mundo. Lo que deseo es el pan de Dios, que es la
carne de Jesucristo, de la descendencia de David, y la bebida de su sangre,
que es la caridad incorruptible... Rogad por mí para que llegue a la
meta.
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domingo, 17 de mayo de 2009
Evangelio del Día
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