domingo 28 Abril 2013
Quinto Domingo de Pascua
Santa Gianna Beretta
Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín : "Tal como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros"
Lecturas
Hechos 14,21b-27.
Después de haber evangelizado esa ciudad, donde hicieron muchos discípulos, regresaron de nuevo a Listra y de allí fueron a Iconio y Antioquía.
A su paso animaban a los discípulos y los invitaban a perseverar en la fe; les decían: "Es necesario que pasemos por muchas pruebas para entrar en el Reino de Dios.»
En cada Iglesia les hacían designar presbíteros y, después de orar y ayunar, los encomendaban al Señor en quien habían creído.
Atravesaron la provincia de Pisidia y llegaron a la de Panfilia.
Predicaron la Palabra en Perge y bajaron después a Atalía.
Allí se embarcaron para volver a Antioquía, de donde habían partido encomendados a la gracia de Dios para la obra que acababan de realizar.
A su llegada reunieron a la Iglesia y les contaron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto las puertas de la fe a los pueblos paganos.
Apoc. 21,1-5a.
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar no existe ya.
Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo.
Y oí una voz que clamaba desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos;
él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.»
Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo: «Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.»
Juan 13,31-33a.34-35.
Cuando Judas salió, Jesús dijo: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él.
Por lo tanto, Dios lo va a introducir en su propia Gloria, y lo glorificará muy pronto.
Hijos míos, yo estaré con ustedes por muy poco tiempo. Me buscarán, y como ya dije a los ju díos, ahora se lo digo a ustedes: donde yo voy, ustedes no pueden venir.
Les doy un mandamiento nue vo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado.
En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros.»
Extraído de la Biblia Latinoamericana.
Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Sermón sobre el Evangelio de Juan, nº 65
"Tal como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros"
"Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros"... el
que escucha este mandamiento, o mejor, el que lo obedece, se renueva
interiormente no por un amor cualquiera sino por el mismo amor que el Señor
ha precisado, añadiendo: "Como yo os he amado"... a fin de distinguirlo de
un amor puramente natural. "Todos los miembros del cuerpo se preocupan los
unos de los otros. Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él;
si un miembro es glorificado, todos los miembros se congratulan con él"
(1Cor. 12,25-26). En efecto, ellos comprenden y observan estas palabras:
"Os doy un mandamiento nuevo, que os améis lo unos a lo otros" no como
fuente de desenfrenos, ni como se aman los hombres simplemente porque son
hombres, sino como aquellos que se aman porque todos "son dioses" (Jn
10,35) e "hijos del Altísimo" (Lc 6,35), para llegar así a ser los hermanos
de su Hijo único, amándose unos a otros con el mismo amor con que él los
amó, para conducirlos a todos a aquel fin que los satisfaga, donde su
anhelo de bienes encuentre su saciedad. Porque no quedará ningún anhelo sin
saciar cuando Dios lo sea "todo en todos" (1Cor. 15,28).
El que ama a su prójimo con un amor espiritual ¿qué amará en él sino a
Dios? Este amor es el que el Señor quiere separar del amor puramente
natural cuando añade: "Como yo os he amado". ¿Qué es lo que él ha amado en
nosotros sino a Dios? No a Dios tal como ya lo poseemos, sino tal como él
quiere que le poseamos cuando dice: "Dios será todo en todos". El médico
ama a sus enfermos por la salud que les quiere dar, no por su enfermedad.
"Como yo os he amado, amaos los unos a los otros". Es por eso que nos ha
amado: para que nosotros también sepamos amarnos los unos a los otros.
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domingo, 28 de abril de 2013
Evangelio del Día
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