domingo 27 Enero 2013
Tercer Domingo del tiempo ordinario
Santa Ángela Meríci
Leer el comentario del Evangelio por
San Ambrosio : "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír"
Lecturas
Nehemías 8,2-4a.5-6.8-10.
El sacerdote Esdras trajo la Ley ante la Asamblea, compuesta por los hombres, las mujeres y por todos los que podían entender lo que se leía. Era el primer día del séptimo mes.
Luego, desde el alba hasta promediar el día, leyó el libro en la plaza que está ante la puerta del Agua, en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que podían entender. Y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la Ley.
Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tarima de madera que habían hecho para esa ocasión. Junto a él, a su derecha, estaban Matitías, Semá, Anaías, Urías, Jilquías y Maaseías, y a su izquierda Pedaías, Misael, Malquías, Jasúm, Jasbadaná, Zacarías y Mesulám.
Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo - porque estaba más alto que todos - y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso de pie.
Esdras bendijo al Señor, el Dios grande y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: "¡Amén! ¡Amén!". Luego se inclinaron y se postraron delante del Señor con el rostro en tierra.
Ellos leían el libro de la Ley de Dios, con claridad, e interpretando el sentido, de manera que se comprendió la lectura.
Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote escriba, y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: "Este es un día consagrado al Señor, su Dios: no estén tristes ni lloren". Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley.
Después añadió: "Ya pueden retirarse; coman bien, beban un buen vino y manden una porción al que no tiene nada preparado, porque este es un día consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría en el Señor es la fortaleza de ustedes".
1 Corintios 12,12-30.
Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo.
Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo -judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.
El cuerpo no se compone de un solo miembro sino de muchos.
Si el pie dijera: "Como no soy mano, no formo parte del cuerpo", ¿acaso por eso no seguiría siendo parte de él?
Y si el oído dijera: "Ya que no soy ojo, no formo parte del cuerpo", ¿acaso dejaría de ser parte de él?
Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Y si todo fuera oído, ¿dónde estaría el olfato?
Pero Dios ha dispuesto a cada uno de los miembros en el cuerpo, según un plan establecido.
Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
De hecho, hay muchos miembros, pero el cuerpo es uno solo.
El ojo no puede decir a la mano: "No te necesito", ni la cabeza, a los pies: "No tengo necesidad de ustedes".
Más aún, los miembros del cuerpo que consideramos más débiles también son necesarios,
y los que consideramos menos decorosos son los que tratamos más decorosamente. Así nuestros miembros menos dignos son tratados con mayor respeto,
ya que los otros no necesitan ser tratados de esa manera. Pero Dios dispuso el cuerpo, dando mayor honor a los miembros que más lo necesitan,
a fin de que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros sean mutuamente solidarios.
¿Un miembro sufre? Todos los demás sufren con él. ¿Un miembro es enaltecido? Todos los demás participan de su alegría.
Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese Cuerpo.
En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas.
¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros?
¿Todos tienen el don de curar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas?
Lucas 1,1-4.4,14-21.
Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros,
tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra.
Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado,
a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.
Jesús volvió a Galilea con del poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región.
Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
San Ambrosio (c 340-397), obispo de Milán y maestro de San Agustín, doctor de la Iglesia
Comentario al salmo 1, 33; CSEL 64, 28-30
"Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír"
Sacia tu sed en el Antiguo Testamento para, seguidamente, beber del
Nuevo. Si tú no bebes del primero, no podrás beber del segundo. Bebe del
primero para atenuar tu sed, del segundo para saciarla completamente...
Bebe de la copa del Antiguo Testamento y del Nuevo, porque en los dos es a
Cristo a quien bebes. Bebe a Cristo, porque es la vid (Jn 15,1), es la roca
que hace brotar el agua (1Co, 10,3), es la fuente de la vida (Sal 36,10).
Bebe a Cristo porque él es "el correr de las acequias que alegra la ciudad
de Dios" (Sal 45,5), él es la paz (Ef 2,14) y "de su seno nacen los ríos de
agua viva" (Jn 7,38). Bebe a Cristo para beber de la sangre de tu redención
y del Verbo de Dios. El Antiguo Testamento es su palabra, el Nuevo lo es
también. Se bebe la Santa Escritura y se la come; entonces, en las venas
del espíritu y en la vida del alma desciende el Verbo eterno. "No sólo de
pan vive el hombre, sino de toda palabra de Dios" (Dt 8,3; Mt 4,4). Bebe,
pues de este Verbo, pero en el orden conveniente. Bebe primero del Antiguo
Testamento, y después, sin tardar, del Nuevo.
Dice él mismo, como si tuviera prisa: "Pueblo que camina en las
tinieblas, mira esta gran luz; tú, que habitas en un país de muerte, sobre
ti se levanta una luz" (Is 9,1 LXX). Bebe, pues, y no esperes más y una
gran luz te iluminará; no la luz normal de cada día, del sol o de la luna,
sino esta luz que rechaza la sombra de la muerte.
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domingo, 27 de enero de 2013
Evangelio del Día
domingo, 20 de enero de 2013
Evangelio del Día
domingo 20 Enero 2013
Segundo Domingo del tiempo ordinario
San Fabián , San Eutimio el Grande, San Sebastián de Narbona
Leer el comentario del Evangelio por
San Máximo de Turín : El vino nuevo de la verdadera alegría
Lecturas
Isaías 62,1-5.
Por amor a Sión no me callaré, por amor a Jerusalén no descansaré, hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante y su salvación, como una antorcha encendida.
Las naciones contemplarán tu justicia y todos los reyes verán tu gloria; y tú serás llamada con un nombre nuevo, puesto por la boca del Señor.
Serás una espléndida corona en la mano del Señor, una diadema real en las palmas de tu Dios.
No te dirán más "¡Abandonada!", sino que te llamarán "Mi deleite", y a tu tierra "Desposada". Porque el Señor pone en ti su deleite y tu tierra tendrá un esposo.
Como un joven se casa con una virgen, así te desposará el que te reconstruye; y como la esposa es la alegría de su esposo, así serás tú la alegría de tu Dios.
1 Corintios 12,4-11.
Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu.
Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor.
Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos.
En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común.
El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro, la ciencia para enseñar, según el mismo Espíritu;
a otro, la fe, también en el mismo Espíritu. A este se le da el don de curar, siempre en ese único Espíritu;
a aquel, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de interpretarlas.
Pero en todo esto, es el mismo y único Espíritu el que actúa, distribuyendo sus dones a cada uno en particular como él quiere.
Juan 2,1-11.
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
Jesús también fue invitado con sus discípulos.
Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino".
Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía".
Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga".
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.
Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde.
"Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron.
El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo
y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento".
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
San Máximo de Turín (?-c 420), obispo
Homilía 23; PL 57, 274
El vino nuevo de la verdadera alegría
El Señor, está escrito, fue a la boda donde había sido invitado. El
Hijo de Dios pues fue a esta boda para santificar con su presencia el
matrimonio que ya había sido instituido. Fue a una boda de la antigua ley
para escogerse en el pueblo pagano una esposa que permanecería siempre
virgen. Él que no nació de un matrimonio humano fue a la boda. Fue allá no
para participar en un banquete festivo, sino para revelarse por un prodigio
verdaderamente admirable. Fue allá no para beber vino, sino para darlo.
Porque, tan pronto como los invitados se quedaron con vino, la
bienaventurada María le dijo: "no tienen vino". Jesús, aparentemente
contrariado, le respondió: " ¿mujer, qué nos va a ti y a mi?"...
Respondiendo: " mi hora todavía no ha llegado ", anunciaba ciertamente la
hora gloriosa de su Pasión, o bien el vino difundido para la salvación y la
vida de todos. Marie pedía un favor temporal, mientras que Cristo preparaba
una alegría eterna. Sin embargo el Señor en su bondad, no vaciló en
conceder estas pequeñas cosas hasta que vengan las grandes. La
bienaventurada María, porque verdaderamente era la madre del Señor, veía
por el pensamiento lo que iba a llegar y conocía por anticipado la voluntad
del Señor. Por eso se encargó de advertir a los servidores con estas
palabras: " haced lo que él os diga". Su santa madre sabía ciertamente que
la palabra de reproche de su hijo y Señor no escondía el resentimiento de
un hombre enfurecido sino contenía un misterio de compasión... Y de repente
el agua comenzó a recibir la fuerza, a cambiar el color, a difundir un buen
olor, a adquirir gusto, y al mismo tiempo a cambiar totalmente de
naturaleza. Y esta transformación del agua en otra sustancia manifestó la
presencia del Creador, porque nadie, excepto el que creó el agua de nada,
puede transformarla en otra cosa.
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domingo, 13 de enero de 2013
Evangelio del Día
domingo 13 Enero 2013
Fiesta del Bautismo del Señor
Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo : "El Espíritu Santo descendió sobre Jesús en forma de paloma"
Lecturas
Isaías 40,1-5.9-11.
¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios!
Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está paga, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados.
Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios!
¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies!
Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor.
Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!".
Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede.
Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.
San Pablo a Tito 2,11-14.3,4-7.
Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado.
Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad,
mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús.
El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres,
no por las obras de justicia que habíamos realizado, sino solamente por su misericordia, él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo.
Y derramó abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador,
a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos de la Vida eterna.
Lucas 3,15-16.21-22.
Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías,
él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.
Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo
y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo (c 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilía sobre el evangelio de Mateo, n° 12; PG 57, 201
"El Espíritu Santo descendió sobre Jesús en forma de paloma"
Consideremos el gran milagro que se produjo después del bautismo del
Salvador; es el preludio de los que iban a venir. No se abre el antiguo
Paraíso, sino el mismo cielo: " tan pronto como Jesús fue bautizado, se
abrieron los cielos " (Mt 3,16). ¿Por qué razón, pues, se abren los
cielos?Para que os deis cuenta que también en vuestro bautismo se abre el
cielo, os llama Dios a la patria de arriba y quiere que no tengáis ya nada
de común con la tierra... Sin embargo, aun cuando ahora no se den esos
signos sensibles, nosotros aceptamos lo que ellos pusieron una vez de
manifiesto. La paloma apareció entonces para señalar como con el dedo a
los allí presentes y a Juan mismo, que Jesús era Hijo de Dios. Más no sólo
para eso, sino para que tú también adviertas que en tu bautismo viene
también sobre ti el Espíritu Santo. Pero ahora ya no necesitamos de visión
sensible, pues la fe nos basta totalmente. Pero ¿por qué apareció el
Espíritu Santo en forma de paloma? Porque la paloma es un ave mansa y
pura. Como el Espíritu Santo es espíritu de mansedumbre aparece bajo la
forma de paloma. La paloma por otra parte, nos recuerda también la antigua
historia. Porque bien sabéis que cuando nuestro linaje sufrió el naufragio
universal y estuvo a punto de desaparecer, apareció la paloma para señalar
el final de la tormenta, y, llevando un ramo de olivo, anunció la buena
nueva de la paz sobre toda la tierra. Todo lo cual era figura de lo por
venir... Y, en efecto, cuando entonces las cosas habían llegado a un estado
de desesperación, todavía hubo solución y remedio. Lo que llegó en otro
tiempo por el diluvio de las aguas, llega hoy como por un diluvio de gracia
y de misericordia... No es tan solo a un hombre, a quien la paloma llama a
salir del arca para repoblar la tierra: atrae a todos los hombres hacia el
cielo. En lugar de una rama de olivo, trae a los hombres la dignidad de su
adopción como niños de Dios.
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domingo, 6 de enero de 2013
Evangelio del Día
domingo 06 Enero 2013
Solemnidad de la Epifanía del Señor
Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo : Sigamos a los magos
Lecturas
Isaías 60,1-6.
¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti!
Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti.
Las naciones caminarán a tu luz y los reyes, al esplendor de tu aurora.
Mira a tu alrededor y observa: todos se han reunido y vienen hacia ti; tus hijos llegan desde lejos y tus hijas son llevadas en brazos.
Al ver esto, estarás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, porque se volcarán sobre ti los tesoros del mar y las riquezas de las naciones llegarán hasta ti.
Te cubrirá una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Todos ellos vendrán desde Sabá, trayendo oro e incienso, y pregonarán las alabanzas del Señor.
San Pablo a los Efesios 3,2-3a.5-6.
Porque seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes.
Fue por medio de una revelación como se me dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras.
que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas.
Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio.
Mateo 2,1-12.
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo".
Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
"En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta:
Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel".
Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella,
los envió a Belén, diciéndoles: "Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje".
Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría,
y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.
Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo (c.345- 407), presbítero en Antioquia, obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia, Padre de la Iglesia Oriental
Homilías sobre San Mateo, VII,5
Sigamos a los magos
Levantémonos, siguiendo el ejemplo de los magos. Dejemos que el mundo
se desconcierte; nosotros corramos hacia dónde está el niño. Que los reyes
y los pueblos, que los crueles tiranos se esfuercen en barrarnos el camino,
poco importa. No dejemos que se enfríe nuestro ardor. Venzamos todos los
males que nos acechan. Si los magos no hubiesen visto al niño no habrían
podido escaparse de las amenazas del rey Herodes. Antes de poder
contemplarlo, llenos de gozo, tuvieron que vencer el miedo, los peligros,
las turbaciones. Después de adorar al niño, la calma y la seguridad
colmaron sus almas...
¡Dejad, pues, vosotros también, la ciudad sumida en el desorden, dejad
al déspota comido por la crueldad, dejad las riquezas del mundo, y venid a
Belén, la casa del pan espiritual! Si sois pastores, venid y veréis al niño
en el establo. Si sois reyes y no venís, vuestra púrpura no os servirá de
nada. Si sois magos, no importa, no es impedimento con tal que vengáis para
presentar vuestra veneración y no para aplastar al Hijo del Hombre.
Acercaos con espanto y alegría, dos sentimientos que no se excluyen...
¡Postrándonos, soltemos lo que retienen nuestras manos! Si tenemos oro,
entreguémoslo sin demora, no rehuyamos darlo...Unos extranjeros
emprendieron un tan largo viaje para contemplar a este niño recién nacido.
¿Qué excusa tenéis para vuestra conducta, vosotros, que os echáis atrás
ante el corto camino de ir a visitar al enfermo a al prisionero? Ellos
ofrecieron oro. Vosotros dais pan con harta tacañería. Ellos vieron la
estrella y su corazón se llenó de alegría. Vosotros veis a Cristo en una
tierra extranjera, desnudo ¿y no os conmueve?
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