domingo 30 Septiembre 2012
Vigésimo sexto Domingo del tiempo ordinario
San Jerónimo
Leer el comentario del Evangelio por
Juliana de Norwich : Frente a la misericordia de Dios, reconocer plenamente nuestro pecado
Lecturas
Números 11,25-29.
Entonces el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos. Y apenas el espíritu se posó sobre ellos, comenzaron a hablar en éxtasis; pero después no volvieron a hacerlo.
Dos hombres - uno llamado Eldad y el otro Medad - se habían quedado en el campamento; y como figuraban entre los inscritos, el espíritu se posó sobre ellos, a pesar de que no habían ido a la Carpa. Y también ellos se pusieron a hablar en éxtasis.
Un muchacho vino corriendo y comunicó la noticia a Moisés, con estas palabras: "Eldad y Medad están profetizando en el campamento".
Josué, hijo de Nun, que desde su juventud era ayudante de Moisés, intervino diciendo: "Moisés, señor mío, no se lo permitas".
Pero Moisés le respondió: "¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!".
Santiago 5,1-6.
Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir.
Porque sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla.
Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo final!
Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo.
Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza.
Han condenado y han matado al justo, sin que él les opusiera resistencia.
Marcos 9,38-43.45.47-48.
Juan le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros".
Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí.
Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.
Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible.
Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena.
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena,
donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
Juliana de Norwich (1342- 1416), reclusa inglesa
Revelaciones del amor divino, cap. 35-36
Frente a la misericordia de Dios, reconocer plenamente nuestro pecado
Dios mismo es justicia por excelencia. Todas sus obras son
justas, ordenadas desde toda la eternidad por su gran potencia, sabiduría y
bondad. De la misma manera que lo ajustó todo lo mejor posible, trabaja sin
cesar y conduce cada cosa a su fin... La misericordia es la obra de la
bondad de Dios; continuará actuando tanto tiempo como se le permita al
pecado atormentar a las almas justas. Cuando este permiso sea retirado...
todo se establecerá en la justicia, para quedar establecido allí
eternamente. Dios permite que caigamos. Pero con su poder y su sabiduría,
nos guarda. Por su misericordia y su gracia, nos eleva a una alegría
infinitamente más grande. Así quiere ser conocido y amado en la justicia y
en la misericordia, ahora y para siempre... Yo, no haré nada más que
pecar. Pero mi pecado no impedirá a Dios obrar. La contemplación de su
obra, es alegría celeste para el alma temerosa, que desea siempre cumplir
amorosamente la voluntad de Dios con la ayuda de la gracia. Esta obra
comenzará aquí abajo. Será gloriosa para Dios y de gran ventaja para todos
aquellos que le aman en la tierra. Cuando lleguemos al cielo, seremos
testigos de una alegría maravillosa.Esta obra perdurará hasta el último
día. La gloria y la santidad que emanarán de esto subsistirán en el cielo,
delante de Dios y todos sus santos, para siempre... Esta será la mayor
alegría: ver que Dios mismo es el autor. El hombre, él, no es más que
pecador. Me parecía que nuestro Señor me decía: "¡Ve pues! ¿No tienes allí
ocasión para humillarte? ¿No tienes allí ocasión para amar? ¿No tienes allí
ocasión para conocerte a ti mismo? ¿No tienes allí ocasión para regocijarte
en mí? Entonces, por amor a mí, regocíjate en mí. Nada puede gustarme más".
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domingo, 30 de septiembre de 2012
Evangelio del Día
domingo, 23 de septiembre de 2012
Evangelio del Día
domingo 23 Septiembre 2012
Vigésimo quinto Domingo del tiempo ordinario
San Fournet, San Pío Pietrelcina
Leer el comentario del Evangelio por
San Máximo de Turín : "El que acoge a un niño en mi nombre, me acoge a mi"
Lecturas
Sabiduría 2,12.17-20.
Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida.
Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final.
Porque si el justo es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos.
Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia.
Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará".
Santiago 3,16-18.4,1-3.
Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad.
En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera.
Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz.
¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros?
Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden.
O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones.
Marcos 9,30-37.
Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera,
porque enseñaba y les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará".
Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: "¿De qué hablaban en el camino?".
Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos".
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo:
"El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
San Máximo de Turín (?-v. 420), obispo
Sermón 58 ; PL 57, 363
"El que acoge a un niño en mi nombre, me acoge a mi"
Nosotros, todos los cristianos, somos el cuerpo del Cristo y sus
miembros, dice el apóstol Pablo (1Co 12,27). En la resurrección de Cristo,
todos sus miembros resucitaron con él, y mientras él pasaba de los
infiernos a la tierra, nos hace pasar a nosotros de la muerte a la vida.
La palabra "pascua" en hebreo quiere decir paso o partida. ¿Este
misterio no es el paso del mal al bien? ¡Y qué paso! Del pecado a la
justicia, del vicio a la virtud, de la vejez a la infancia. Hablo aquí de
la infancia que significa sencillez, no de la edad.Porque las virtudes,
también, tienen sus edades. Ayer la decrepitud del pecado nos ponía sobre
nuestra decadencia. Pero la resurrección de Cristo nos hace renacer en la
inocencia de los niños. La sencillez cristiana hace suya la infancia.
El niño no tiene rencor, no conoce el fraude, no se atreve a golpear. Así,
este niño que es el cristiano, no se enfurece si se le insulta, no se
defiende si se le despoja, no devuelve los golpes si se le golpea. El Señor
hasta exige que rece por sus enemigos, que le entregue la túnica y el manto
a los ladrones, y que presente la otra mejilla a los que lo abofetean (Mt
5,39s). La infancia de Cristo sobrepasa la infancia de los hombres... Ésta
debe su inocencia a su debilidad, la otra a su virtud. Y es digna de más
elogios todavía: su rechazo al mal, emana de su voluntad, no de su
impotencia.
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domingo, 16 de septiembre de 2012
Evangelio del Día
domingo 16 Septiembre 2012
Vigésimo cuarto Domingo del tiempo ordinario
San Cipriano Cartago
Leer el comentario del Evangelio por
San Rafael Arnaiz Barón : "Si alguien quiere venirse conmigo..., que coja su cruz y me siga"
Lecturas
Isaías 50,5-9a.
El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás.
Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas, a los que me arrancaban la barba; no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían.
Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado.
Está cerca el que me hace justicia: ¿quién me va a procesar? ¡Comparezcamos todos juntos! ¿Quién será mi adversario en el juicio? ¡Que se acerque hasta mí!
Sí, el Señor viene en mi ayuda: ¿quién me va a condenar? Todos ellos se gastarán como un vestido, se los comerá la polilla.
Santiago 2,14-18.
¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso esa fe puede salvarlo?
¿De qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano o una hermana desnudos o sin el alimento necesario,
les dice: "Vayan en paz, caliéntense y coman", y no les da lo que necesitan para su cuerpo?
Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta.
Sin embargo, alguien puede objetar: "Uno tiene la fe y otro, las obras". A ese habría que responderle: "Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe"
Marcos 8,27-35.
Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?".
Ellos le respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas".
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro respondió: "Tú eres el Mesías".
Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él.
Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días;
y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo.
Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres".
Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
San Rafael Arnaiz Barón (1911-1938), monje trapense español
Escritos espirituales 03/04/1938
"Si alguien quiere venirse conmigo..., que coja su cruz y me siga"
¡Cómo expresar lo que mi alma sintió, cuando de boca de tan santo
Prelado, escuchó lo que ya es mi locura, lo que me hace ser absolutamente
feliz en mi destierro... el amor a la Cruz! ¡Oh! ¡La Cruz de Cristo! ¿Qué
más se puede decir? Yo no sé rezar... No sé lo que es ser bueno... No tengo
espíritu religioso, pues estoy lleno de mundo... Sólo sé una cosa, una cosa
que llena mi alma de alegría a pesar de verme tan pobre en virtudes y tan
rico en miserias... Sólo sé que tengo un tesoro que por nada ni por nadie
cambiaría..., mí cruz..., la Cruz de Jesús. Esa Cruz que es mi único
descanso...,¡cómo explicarlo! Quien esto no haya sentido..., ni remotamente
podrá sospechar lo que es. Ojalá los hombres todos amaran la Cruz de
Cristo... ¡Oh! si el mundo supiera lo que es abrazarse de lleno, de veras,
sin reservas, con locura de amor a la Cruz de Cristo...! Cuánto tiempo
perdido en pláticas, devociones y ejercicios que son santos y buenos...,
pero no son la Cruz de Jesús, no son lo mejor... Pobre hombre que
para nada vales ni para nada sirves, qué loca pretensión la tuya. Pobre
oblato que arrastras tu vida siguiendo como puedes las austeridades de la
Regla, conténtate con guardar en silencio tus ardores; ama con locura lo
que el mundo desprecia porque no conoce; adora en silencio esa Cruz que es
tu tesoro sin que nadie se entere. Medita en silencio a sus pies, las
grandezas de Dios, las maravillas de María, las miserias del hombre del que
nada debes esperar... Sigue tu vida siempre en silencio, amando, adorando y
uniéndote a la Cruz..., ¿qué más quieres? Saborea la Cruz..., como
dijo esta mañana el señor Obispo de Tuy. Saborear la Cruz...
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domingo, 9 de septiembre de 2012
Evangelio del Día
domingo 09 Septiembre 2012
Vigésimo tercer Domingo del tiempo ordinario
San Pedro Claver
Leer el comentario del Evangelio por
Juan Taulero : «Todo lo que hace es admirable: hace oír a los sordos y hablar a los mudos»
Lecturas
Isaías 35,4-7a.
Digan a los que están desalentados: "¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos!".
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos;
entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa;
el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de caña y papiros.
Santiago 2,1-5.
Hermanos, ustedes que creen en nuestro Señor Jesucristo glorificado, no hagan acepción de personas.
Supongamos que cuando están reunidos, entra un hombre con un anillo de oro y vestido elegantemente, y al mismo tiempo, entra otro pobremente vestido.
Si ustedes se fijan en el que está muy bien vestido y le dicen: "Siéntate aquí, en el lugar de honor", y al pobre le dicen: "Quédate allí, de pie", o bien: "Siéntate a mis pies",
¿no están haciendo acaso distinciones entre ustedes y actuando como jueces malintencionados?
Escuchen, hermanos muy queridos: ¿Acaso Dios no ha elegido a los pobres de este mundo para enriquecerlos en la fe y hacerlos herederos del Reino que ha prometido a los que lo aman?
Marcos 7,31-37.
Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis.
Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos.
Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua.
Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: "Efatá", que significa: "Abrete".
Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente.
Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban
y, en el colmo de la admiración, decían: "Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
Juan Taulero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 49
«Todo lo que hace es admirable: hace oír a los sordos y hablar a los mudos»
Es preciso que examinemos de cerca qué es lo que hace que el hombre
sea sordo. Por haber escuchado las insinuaciones del Enemigo y sus
palabras, la primera pareja de nuestros antepasados han sido los primeros
sordos. Y nosotros también, detrás de ellos, de tal manera que somos
incapaces de escuchar y comprender las amables inspiraciones del Verbo
eterno. Sin embargo, sabemos bien que el Verbo eterno reside en el fondo de
nuestro ser, tan inefablemente cerca de nosotros y en nosotros que nuestro
mismo ser, nuestra misma naturaleza, nuestros pensamientos, todo lo que
podemos nombrar, decir o comprender, está tan cerca de nosotros y nos es
tan íntimamente presente como lo es y está el Verbo eterno. Y el Verbo
habla sin cesar al hombre. Pero el hombre no puede escuchar ni entender
todo lo que se le dice, a causa de la sordera de la que está afectado...
Del mismo modo ha sido de tal manera golpeado en todas sus demás facultades
que es también mudo, y no se conoce a sí mismo. Si quisiera hablar de su
interior, no lo podría hacer por no saber dónde está y no conociendo su
propia manera de ser...
¿En qué consiste, pues, este cuchicheo dañino del Enemigo? Es todo
este desorden que él te hace ver y te seduce y te persuade que aceptes,
sirviéndose, para ello, del amor, o de la búsqueda de las cosas creadas de
este mundo y de todo lo que va ligado a él: bienes, honores, incluso amigos
y parientes, es decir, tu propia naturaleza, y todo lo que te trae el gusto
de los bienes de este mundo caído. En todo esto consiste su cuchicheo...
Pero viene Nuestro Señor: mete su dedo sagrado en la oreja el
hombre, y la saliva en su lengua, y el hombre encuentra de nuevo la
palabra.
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domingo, 2 de septiembre de 2012
Evangelio del Día
domingo 02 Septiembre 2012
Vigésimo segundo Domingo del tiempo ordinario
Mártires septiembre
Leer el comentario del Evangelio por
Concilio Vaticano II : "En el interior del corazón del hombre": ¿El corazón de cada hombre, fuente de paz o de guerra?
Lecturas
Deuteronomio 4,1-2.6-8.
Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres.
No añadan ni quiten nada de lo que yo les ordeno. Observen los mandamientos del Señor, su Dios, tal como yo se los prescribo.
Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos, que al oir todas estas leyes, dirán: "¡Realmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!".
¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos?.
¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes?.
Santiago 1,17-18.21b-22.27.
Todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los astros luminosos, en quien no hay cambio ni sombra de declinación.
El ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación.
Dejen de lado, entonces, toda impureza y todo resto de maldad, y reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos.
Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos.
La religiosidad pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas cuando están necesitados, y en no contaminarse con el mundo.
Marcos 7,1-8.14-15.21-23.
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,
y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.
Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados;
y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.
Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?".
El les respondió: "¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres".
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanlo bien.
Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre.
Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios,
los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
Concilio Vaticano II
Constitución dogmática sobre la Iglesia en el mundo actual «Gaudium et spes», § 82 (Copyright © Libreria Editrice Vaticana)
"En el interior del corazón del hombre": ¿El corazón de cada hombre, fuente de paz o de guerra?
Bien claro queda, por tanto, que debemos procurar con todas
nuestras fuerzas preparar una época en que, por acuerdo de las naciones,
pueda ser absolutamente prohibida cualquier guerra... Lo cual hoy exige de
ellos con toda certeza que amplíen su mente más allá de las fronteras de la
propia nación, renuncien al egoísmo nacional ya a la ambición de dominar a
otras naciones, alimenten un profundo respeto por toda la humanidad, que
corre ya, aunque tan laboriosamente, hacia su mayor unidad... Sin embargo,
hay que evitar el confiarse sólo en los conatos de unos pocos, sin
preocuparse de la reforma en la propia mentalidad. Pues los que gobiernan a
los pueblos, que son garantes del bien común de la propia nación y al mismo
tiempo promotores del bien de todo el mundo, dependen enormemente de las
opiniones y de los sentimientos de las multitudes.
Nada les aprovecha trabajar en la construcción de la paz mientras
los sentimientos de hostilidad, de menos precio y de desconfianza, los
odios raciales y las ideologías obstinadas, dividen a los hombres y los
enfrentan entre sí. Es de suma urgencia proceder a una renovación en la
educación de la mentalidad y a una nueva orientación en la opinión pública.
Los que se entregan a la tarea de la educación, principalmente de la
juventud, o forman la opinión pública, tengan como gravísima obligación la
preocupación de formar las mentes de todos en nuevos sentimientos
pacíficos. Tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos
puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos
llevar a cabo para que nuestra generación mejore.
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