domingo 05 Julio 2009
Decimocuarto Domingo del Tiempo Ordinario
San Antonio María Zaccaría, Benedicto XVI: martirio, milagros y virtudes heroicas
Lecturas
Ezequiel 2,2-5.
Cuando me habló, un espíritu entró en mí y me hizo permanecer de pie, y yo
escuché al que me hablaba.
El me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a un pueblo de
rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres se han sublevado
contra mí hasta el día de hoy.
Son hombres obstinados y de corazón endurecido aquellos a los que yo te
envío, para que les digas: "Así habla el Señor ".
Y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo -porque son un pueblo rebelde-
sabrán que hay un profeta en medio de ellos.
San Pablo a los Corintios 2 12,7-10.
Y para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una
espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere.
Tres veces pedí al Señor que me librara,
pero él me respondió: "Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la
debilidad". Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que
resida en mí el poder de Cristo.
Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las
privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de
Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Marcos 6,1-6.
Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que
lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué
sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se
realizan por sus manos?
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José,
de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y
Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su
familia y en su casa".
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos,
imponiéndoles las manos.
Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los
alrededores, enseñando a la gente.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
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domingo, 5 de julio de 2009
Evangelio del Día
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