domingo 19 Octubre 2008
Domingo de la XXIX semana del Tiempo Ordinario
San Juan Brebeuf, San Pablo de la Cruz, Congregación para las Causas de los Santos
Leer el comentario del Evangelio por
San Antonio de Padua : «Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro» (Sl 4,7)
Lecturas
Isaías 45,1.4-6.
Así habla el Señor a su ungido, a Ciro, a quien tomé de la mano derecha,
para someter ante él a las naciones y desarmar a los reyes para abrir ante
él las puertas de las ciudades, de manera que no puedan cerrarse.
Por amor a Jacob, mi servidor, y a Israel, mi elegido, yo te llamé por tu
nombre, te di un título insigne, sin que tú me conocieras.
Yo soy el Señor, y no hay otro, no hay ningún Dios fuera de mí. Yo hice
empuñar las armas, sin que tú me conocieras,
para que se conozca, desde el Oriente y el Occidente, que no hay nada fuera
de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.
San Pablo a los Tesalonicences 1 1,1-5.
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida
a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz.
Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, cuando los recordamos en
nuestras oraciones,
y sin cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro Padre, cómo ustedes
han manifestado su fe con obras, su amor con fatigas y su esperanza en
nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia.
Sabemos, hermanos amados por Dios, que ustedes han sido elegidos.
Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no
solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu
Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos
allí al servicio de ustedes.
Mateo 22,15-21.
Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus
afirmaciones.
Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle:
"Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el
camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú
no te fijas en la categoría de nadie.
Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?".
Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: "Hipócritas, ¿por qué me
tienden una trampa?
Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto". Ellos le presentaron un
denario.
Y él les preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?".
Le respondieron: "Del César". Jesús les dijo: "Den al César lo que es del
César, y a Dios, lo que es de Dios".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por
San Antonio de Padua (hacia 1195-1231), franciscano, doctor de la Iglesia
Sermones para el domingo y las fiestas de los santos
«Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro» (Sl 4,7)
De la misma manera que esta moneda de plata lleva la imagen del César,
igualmente nuestra alma es imagen de la Santa Trinidad, según lo que se
dice en el salmo: «La luz de tu rostro está impresa en nosotros, Señor»
(4,7 LXX)... Señor, la luz de tu rostro, es decir, la luz de tu gracia que
establece en nosotros tu imagen y nos hace semejantes a ti, está impresa en
nosotros, es decir, impresa en nuestra razón, que es el poder más alto de
nuestra alma y recibe esta luz de la misma manera que la cera recibe la
marca del sello. El rostro de Dios es nuestra razón; porque de la misma
manera que se conoce a alguien por su rostro, así conocemos a Dios por el
espejo de la razón. Pero esta razón ha sido deformada por el pecado del
hombre, porque el pecado hace que el hombre se oponga a Dios. La gracia de
Cristo ha reparado nuestra razón. Por esto el apóstol Pablo dice a los
Efesios: «Renovad vuestro espíritu» (4, 23). La luz de la que trata este
salmo es, pues, la gracia que restaura la imagen de Dios impresa en nuestra
naturaleza... Toda la Trinidad ha hecho al hombre según su semejanza.
Por la memoria se asemeja al Padre; por la inteligencia, se asemeja al
Hijo; por el amor se asemeja al Espíritu... En la creación el hombre fue
hecho «a imagen y semejanza de Dios» (Gn 1,26). Imagen en el conocimiento
de la verdad; semejanza en el amor de la virtud. La luz del rostro de Dios
es, pues, la gracia que nos justifica y que revela de nuevo la imagen
creada. Esta luz constituye todo el bien del hombre, su verdadero bien, y
le marca igual que la imagen del emperador está impresa en la moneda de
plata. Por eso el Señor añade: «Dad al César lo que es del César». Como
si dijera: De la misma manera que devolvéis al César su imagen, así también
devolved a Dios vuestra alma revestida y señalada con la luz de su rostro.
Puede modificar su suscripción en cualquier momento : www.evangeliodeldia.org
Información « donativo y reducción de impuesto »
Lo saben, El Evangelio del Día quiere ser sin cargo, sin anuncios
presentando un carácter comercial, y sin fines lucrativas por uso de
nuestros ficheros. El Evangelio del Dia puede existir solamente gracias a
su generosidad espontánea y a la de los voluntarios. Queremos seguir con
vosotros nuestro servicio, para permitir al máximo número de personas de
aprovechar de este servicio. En el caso de ser un particular imponible en
Francia, podrá gozar de una reducción de su impuesto (66% de su donativo).
---------------------------------------------
La vida del Santo esta disponible al hacer un clic en su nombre. Se abre la
ventana con su historia.
---------------------------------------------
Para escribirnos, les invitamos a ELEGIR EL TEMA del correo en el menú «
CONTACTO » de la pagina http://evangeliodeldia.org o copiando en su
navegador : http://evangeliodeldia.org/www/contact.php?language=SP. Al
elegir el tema de su correo, nos ayudan a contestarles rapidamente.
---------------------------------------------
El Evangelio del Dia esta enviado cada dia a mas de 340.000 personas por el
mundo en 10 idiomas.
La version polaca : http://www.ewangelia.org.
---------------------------------------------
Para participar a los gastos del Evangelio del Dia, puede contribuir en
DOLARES o en EUROS a la direccion :
http://www.evangeliodeldia.org/www/donation/donation.php?language=SP,
cualquier sea su donativo. Sirve para el desarrollo de nuevas versiones del
Evangelio del Dia.
sábado, 18 de octubre de 2008
Evangelio del Día
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario