¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, Así lo espero ansiosamente, y no seré defraudado. Al contrario, estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo será glorificado en mi cuerpo. Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Queridos míos, perseverad en las buenas obras que habéis comenzado.... Hombres desdichados sirven a un rey terreno con peligro de sus vidas y mediante enormes dificultades para un beneficio pasajero. ¿Por qué no serviréis vosotros al rey del cielo para obtener la bienaventuranza del Reino? Ya que, por la fe, el Señor os ha llamado a su viña, es decir, a la unidad de la Iglesia santa ¡vivid, comportaos de tal manera que, gracias a la generosidad de Dios, recibáis la moneda de plata que es la felicidad del Reino de los cielos. |
domingo, 24 de septiembre de 2017
Evangelio del Día
domingo, 17 de septiembre de 2017
Evangelio del Día
También el rencor y la ira son abominables, y ambas cosas son patrimonio del pecador. Ninguno de nosotros vive para sí, ni tampoco muere para sí. Se adelantó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". La Iglesia debe considerar como uno de sus deberes principales—en cada etapa de la historia y especialmente en la edad contemporánea—el de proclamar e introducir en la vida el misterio de la misericordia, revelado en sumo grado en Cristo Jesús. Este misterio, no sólo para la misma Iglesia en cuanto comunidad de creyentes, sino también en cierto sentido para todos los hombres, es fuente de una vida diversa de la que el hombre, expuesto a las fuerzas prepotentes de la triple concupiscencia que obran en él, está en condiciones de construir. Precisamente en nombre de este misterio Cristo nos enseña a perdonar siempre. ¡Cuántas veces repetimos las palabras de la oración que El mismo nos enseñó, pidiendo: «perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores» (Mt 6,12), es decir, a aquellos que son culpables de algo respecto a nosotros! |
domingo, 10 de septiembre de 2017
Evangelio del Día
Así habla el Señor: Hermanos: Jesús dijo a sus discipulos: El otro día un periodista me hizo una curiosa pregunta: "¿Incluso usted tiene que confesarse?" Sí, le dije. Me confieso cada semana. "Entonces Dios tiene que ser muy exigente, si hasta usted tiene que confesarse." |
domingo, 3 de septiembre de 2017
Evangelio del Día
¡Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir! ¡Me has forzado y has prevalecido! Soy motivo de risa todo el día, todos se burlan de mí. Por lo tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer. Desde aquel día, Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Cuando el Señor compromete al hombre que le quiere seguir a renunciar a si mismo, nos encontramos difícil su exigencia y duro para entender. Pero si aquel que lo pide nos ayuda a cumplirlo, su mandato no es ni difícil ni costoso...Y esta otra palabra, salida de la boca del Señor, es igualmente verdadera: "Mi yugo es suave y mi carga ligera" (Mt 11,30). El amor, en efecto, suaviza lo que los preceptos pueden tener de costoso. Conocemos todas los prodigios que el amor es capaz de realizar...! ¿Por qué extrañarse de que aquel que ama a Cristo y lo quiere seguir, renuncie a si mismo para amarlo?...Porque si el hombre se pierde amándose a si mismo, sin duda, tiene que encontrarse al renunciar a si mismo... |
