Entonces el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos. Y apenas el espíritu se posó sobre ellos, comenzaron a hablar en éxtasis; pero después no volvieron a hacerlo. Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir. Juan le dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". Fijemos con atención nuestra mirada en la sangre de Cristo, y reconozcamos cuán preciosa ha sido a los ojos de Dios su Padre, pues, derramada por nuestra salvación, alcanzó la gracia de la conversión para todo el mundo. Recorramos todos los tiempos y aprenderemos cómo el Maestro, de generación en generación,"concedió un tiempo de conversión"(Si 17,24) a todos los que deseaban convertirse a él. Noé predicó la conversión, y los que le escucharon se salvaron. Jonás anunció a los ninivitas la destrucción de su ciudad, y ellos, arrepentidos de sus pecados, pidieron perdón a Dios y, a fuerza de súplicas, alcanzaron la indulgencia, a pesar de no ser del pueblo elegido. |
domingo, 27 de septiembre de 2015
Evangelio del Día
domingo, 20 de septiembre de 2015
Evangelio del Día
«Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida. Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, Acuérdate tú de este proverbio: "Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes"(Pr 3,4). Ten presente la palabra del Señor: "quien se humilla será elevado, y quien se eleva será abajado"(Mt 23, 12)... Si te parece tener una cosa buena, ponlo en tu cuenta, pero sin olvidar tus faltas; no te engríes de que hoy tu haces el bien, no apartes el mal reciente y pasado; si el presente te da motivo de vanagloria, acuérdate del pasado;¡es así que tú percibirás el estúpido absceso! Y si tus ves a tu prójimo pecar, guárdate de no considerar en él esa falta, pero piensa también lo que hace y dónde él hace el bien; y recuerda, tú le descubrirás mejor que a ti, si examinas en conjunto tu vida y no haces el cálculo de cosas fragmentarias. Pues Dios no examina al hombre de un modo fragmentario...Estamos nosotros llamados a recordar todo eso para preservarnos del orgullo, nos abajamos para ser elevados. |
domingo, 13 de septiembre de 2015
Evangelio del Día
El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás. ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso esa fe puede salvarlo? Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Cuando el Señor nos dice en el Evangelio: « Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo », nos parece que nos manda una cosa difícil y consideramos que nos impone un yugo pesado. Pero, si el que nos manda es el mismo que nos ayuda a cumplir su mandato, eso ya no es difícil... |
domingo, 6 de septiembre de 2015
Evangelio del Día
Digan a los que están desalentados: "¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: él mismo viene a salvarlos!". Hermanos, ustedes que creen en nuestro Señor Jesucristo glorificado, no hagan acepción de personas. Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. La Ley divina narra las obras que Dios ha hecho al crear el mundo, y añade: «Vio que todo lo que había hecho era muy bueno» (Gn 1,31)... El Evangelio narra la obra de la Redención y de la nueva creación, y dice igualmente: «Todo lo ha hecho bien» (Mc 7,37)... Indudablemente que por su misma naturaleza, el fuego sólo puede dar calor y no puede producir frío; el sol sólo puede dar luz, y o puede ser causa de tinieblas. Igualmente Dios sólo puede hacer cosas buenas porque él es la bondad infinita, la luz misma. Es el sol que esparce una luz infinita y es el fuego que da un calor infinito: «Todo lo ha hecho bien»... |
