Pregúntale al tiempo pasado, a los días que te han precedido desde que el Señor creó al hombre sobre la tierra, si de un extremo al otro del cielo sucedió alguna vez algo tan admirable o se oyó una cosa semejante. Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. En aquel tiempo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son de la misma sustancia y de una inseparable igualdad. La unidad reside en la esencia, la pluralidad en las personas. El Señor indica abiertamente la unidad de la divina esencia y la trinidad de las personas cuando dice: «Bautizadlas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo». No dice «en los nombres» sino «en el nombre», por donde nos enseña la unidad en la esencia. Pero, a renglón seguido emplea tres nombres, para enseñarnos que hay tres personas. |
domingo, 31 de mayo de 2015
Evangelio del Día
domingo, 24 de mayo de 2015
Evangelio del Día
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. Yo los exhorto a que se dejen conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos de la carne. En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Nosotros hemos visto con alegría, mis hermanos, levantarse el día de Pentecostés, donde la Santa Iglesia resplandece a los ojos de los fieles y sus corazones inflamarse. Nosotros celebramos en este tiempo a Nuestro Señor Jesucristo, en su Resurrección y la gloria de su Ascensión, el envio del Espíritu Santo... |
domingo, 17 de mayo de 2015
Evangelio del Día
En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo, Hermanos: Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación." En el día de la Ascensión, oh Cristo Rey |
domingo, 10 de mayo de 2015
Evangelio del Día
Cuando Pedro entró, Cornelio fue a su encuentro y se postró a sus pies. Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Jesús dijo a sus discípulos: El Señor Jesús afirma que da a sus discípulos un mandamiento nuevo, el del amor mutuo... ¿Es que este mandamiento no existía ya en la ley antigua puesto que en ella está escrito: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»? (Lv 19,18) ¿Por qué, pues, el Señor lo llama nuevo cuando, evidentemente, es ya tan antiguo? ¿Acaso es un mandamiento nuevo porque nos despoja del hombre antiguo y nos reviste del hombre nuevo? (Ef 4,24). Ciertamente, el hombre que escucha este mandamiento, o mejor aún, el que lo obedece, no se renueva por un amor cualquiera sino por aquel amor que el mismo Señor distingue cuidadosamente del amor puramente natural cuando precisa: «Como yo os he amado»... Cristo, pues, nos ha dado el mandamiento de amarnos los unos a los otros tal como Él nos ha amado; es este el amor que nos renueva, que hace de nosotros hombres nuevos, los herederos de la nueva alianza, los cantores del «cántico nuevo» (Salmo 95,1). |
domingo, 3 de mayo de 2015
Evangelio del Día
Cuando llegó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían desconfianza porque no creían que también él fuera un verdadero discípulo. Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. Jesús dijo a sus discípulos: Debo advertir a cada uno de vosotros a propósito de su viña: en efecto ¿quién ha jamás suprimido en él mismo todo lo que es superfluo hasta el punto de poder pensar que no tiene nada más a cortar? Creedme, todo lo que se corta, vuelve a crecer, los vicios que creíamos superados vuelven a aparecer y nos encontramos con que las tendencias adormecidas se desvelan. No es, pues, suficiente cortar la propia viña una sola vez, al contrario, es necesario volver a menudo sobre ella, y si es posible, sin parar. Porque, si sois sinceros, es sin parar que encontramos en nosotros mismos alguna cosa que cortar... La virtud no puede crecer entre los vicios; para que ésta pueda desarrollarse, es preciso impedir a éstos de crecer anchamente. Suprime, pues, lo superfluo, entonces aquello que te es necesario podrá abrirse paso. |
