El Señor dijo a Samuel: "¡Llena tu frasco de aceite y parte! Yo te envío a Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey". Hermanos: Jesús, al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento. El que "ilumina a todo hombre viniendo al mundo" (Jn 1,9) es el verdadero espejo del Padre. Cristo pasa en cuanto es espejo del Padre (Hb 1,3) y deja lejos la ceguera de los ojos de los que no ven. Cristo, que viene del cielo, pasa, a fin de que toda carne le vea…; El ciego, por sí solo, no podía ver a Cristo, espejo del Padre… Cristo abrió los ojos del ciego y en Cristo vio el espejo del Padre... El primer hombre fue creado luminoso, y se encontró ciego cuando hizo caso a la serpiente: este ciego se puso en condiciones de renacer cuando creyó… El ciego de nacimiento se quedó sentado… sin reclamarle a ningún médico una pomada para curar sus ojos… El artesano del universo viene y refleja en el espejo la imagen. Ve la miseria del ciego sentado allí y pidiendo limosna. ¡Qué milagro de la fuerza de Dios! Cura lo que ve, ilumina lo que visita… |
domingo, 30 de marzo de 2014
Evangelio del Día
domingo, 23 de marzo de 2014
Evangelio del Día
Toda la comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin y siguió avanzando por etapas, conforme a la orden del Señor. Cuando acamparon en Refidim, el pueblo no tenía agua para beber. Hermanos: Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. "Como el agua apaga las llamas, la limosna apaga los pecados" (Eclo 3,30): el agua es comparada con la misericordia. Entonces así como el agua viene de una fuente, debo buscar la fuente de la misericordia. La encontré en casa del profeta: "En ti está la fuente de la vida, y tu luz nos hace ver la luz" (Sal. 35,10). Es Él quien en el Evangelio reclama agua a la mujer de Samaria… El Salvador reclama agua a la mujer, y finge tener sed para distribuir a los sedientos la gracia eterna. La fuente, en efecto, no podía tener sed, y aquel en que se encuentra el agua viva no podía beber el agua manchada por esta tierra. ¿Cristo tenía sed? Sí, tenía sed, no de la bebida de los hombres, sino de su salvación; tenía sed, no de agua de la tierra, sino de la redención del género humano. |
domingo, 16 de marzo de 2014
Evangelio del Día
El Señor dijo a Abrám: "Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré. Querido hijo: Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Jesucristo había hablado muchas cosas acerca de los peligros, de la muerte, de su Pasión y aun de la matanza de sus discípulos, y les había dado preceptos difíciles, cosas todas realizables en la vida presente y que estaban como quien dice entre las manos de ellos, mientras que los otros bienes estaban en esperanza y expectación -como era aquello de que quienes pierden su alma la salvarán y que El vendría en la gloria de su Padre,… ya desde esta vida quiso hacerla manifiesta y revelarla, a fin de que no se dolieran ni de la muerte de ellos ni de la muerte de su Señor; en especial Pedro, que se esforzaba en aceptarlo. |
domingo, 9 de marzo de 2014
Evangelio del Día
El Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente. Hermanos: Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Examinando el proceso de la tentación del Señor, podremos comprender con qué amplitud hemos sido librados de la tentación. El enemigo en el origen se enfrentó al primer hombre, nuestro antepasado, por tres tentaciones: lo intentó por la glotonería, la vanagloria y la avaricia… Por la glotonería le mostró la fruta prohibida del árbol y lo persuadió a comerla. Lo tentó por la vanagloria diciendo: "Seréis como dioses" (Gn 3,5). Y lo tentó también por la avaricia diciendo: "Conoceréis el bien y el mal". En efecto, la avaricia no tiene solo por objeto el dinero, sino también los honores… |
domingo, 2 de marzo de 2014
Evangelio del Día
Sión decía: "El Señor me abandonó, Hermanos: Dijo Jesús a sus discípulos: Si verdaderamente colocamos en primer lugar las realidades espirituales, no tenemos que preocuparnos de los bienes materiales, porque Dios, en su bondad, nos los proporcionará en abundancia. Si, por el contrario, únicamente velamos por nuestros intereses materiales sin ocuparnos de nuestra vida espiritual, la preocupación constante de las cosas terrestres nos conducirá a descuidar nuestra alma… Por tanto no invirtamos el orden de las cosas. Conociendo la bondad de nuestro Señor, confiaremos totalmente en Él y no nos dejaremos agobiar por las preocupaciones de esta vida… "Vuestro Padre del cielo sabe lo que os hace falta antes de que se lo pidáis necesitáis" (Mt 6,8- 32). |
